Educador, editor y empresario que, como segundo presidente de la Soka Gakkai, reconstruyó la organización budista laica después de la Segunda Guerra Mundial, haciendo de ésta un movimiento popular lleno de dinamismo.
Josei Toda nació el 11 de febrero de 1900. Al llegar a Tokio procedente de la norteña isla de Hokkaido, cuando tenía poco más de veinte años, encontró un empleo como maestro en la escuela en donde Tsunesaburo Makiguchi era el director.
Impresionado por las ideas sobre la educación de Makiguchi, pronto estuvo bajo su tutela. En 1928 siguió a Makiguchi en su decisión de practicar el Budismo de Nichiren Daishonin. En 1930, ambos fundaron la Soka Kyoiku Gakkai, predecesora de la Soka Gakkai.
Cuando Japón entró en la Segunda Guerra Mundial, Toda y Makiguchi fueron arrestados por oponerse a las políticas del gobierno militarista. Durante su confinamiento, Toda se consagró al estudio y la práctica del budismo de Nichiren, llegando a dilucidar profundamente sus principios. Sus esfuerzos lo llevaron a una comprensión esclarecida de que la budeidad es un potencial inherente a toda vida y ahondó su convicción en que toda la gente podía manifestar esta condición de vida iluminada a través de la práctica de las enseñanzas de Nichiren.
Al salir de la prisión cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, Toda comenzó a reconstruir la derrumbada Soka Kyoiku Gakkai, y le cambió el nombre a Soka Gakkai (Sociedad para la Creación de Valor).
Toda enseñaba que, a través de la práctica budista y de una transformación motivada en el interior del individuo, o "revolución humana", todas las personas podrían cambiar su destino para bien.
Este mensaje tuvo una poderosa resonancia entre mucha gente que sufría de pobreza, enfermedad y otros retos que enfrentaban en el caos de la pos guerra en Japón. Más aún, la inquebrantable confianza de Toda en el poder de la filosofía de Nichiren y su habilidad para traducir los profundos conceptos del Budismo en una guía práctica para la vida diaria, reavivaron la esperanza y el valor de la gente.
Antes de morir, en 1958, Toda había construido una organización de cerca de un millón de miembros y cimentado las bases para la impresionante propagación del budismo de Nichiren en el extranjero.
El legado de paz de Toda es también recordado por su posición intransigente en contra de las armas nucleares, a las que se refirió como absolutamente malignas y dijo también que representaban una amenaza al derecho inalienable de las personas a la vida.
Toda exhortó a los miembros jóvenes de la Soka Gakkai a trabajar por la abolición de las armas nucleares. Su declaración contra las armas nucleares, hecha en 1957, ha sido la inspiración para las actividades de la organización en favor de la paz.
http://www.sgich.cl/toda.htm
jueves, 27 de agosto de 2009
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