miércoles, 29 de octubre de 2008
La riqueza de la Vida
Seré tan fuerte que nada podrá perturbar mi paz mental.
Hablaré de salud, felicidad y esperanza a cada persona que encuentre.
Veré el lado resplandeciente de cada cosa y seré optimista sobre la vida.
Pensaré sólo lo mejor, trabajaré para hacer y esperar sólo lo mejor.
Me sentiré tan feliz con el éxito de otros como con el mío propio.
No olvidaré los errores del pasado y avanzaré proyectando un mayor logro en el futuro.
Invertiré tanto tiempo en mejorarme a mi mismo que no tendré tiempo
de criticar a los demás.
Seré demasiado fuerte para temer, demasiado benévolo para enojarme
y demasiado feliz para preocuparme. Elevaré mi corazón en la fe cada día,
para que el Gohonzon se revele en mi vida.
Daisaku Ikeda
Daisaku Ikeda
Desafíate a concretar tus sueños
Busca, investiga y manos a la obra. Y jamás olvides que un sueño sin acción es una ilusión.
Daisaku Ikeda.
PD: Empieza por hacer lo necesario, Luego lo que es posible. Y de pronto te encontrarás haciendo lo imposible.
viernes, 24 de octubre de 2008
Daisaku Ikeda
jueves, 23 de octubre de 2008
El Origen dependiente
"Todos somos seres humanos, quienes a través de un místico lazo, hemos nacido para compartir el mismo intervalo limitado de vida en este planeta, un pequeño oasis verde en el vasto universo. ¿Por qué reñir y sacrificarnos unos a otros? Si todos pudiéramos conservar en la mente la imagen de los vastos cielos, creo que se marcharía hacia la solución de los conflictos y disputas. Si nuestros ojos se fijan en la eternidad, caemos en la cuenta de que los conflictos de nuestros pequeños egos son, en realidad, tristes e insignificantes".
http://www.sgispanish.org/budismo/diaria/dependiente.html
miércoles, 22 de octubre de 2008
Nuestra Revolución Humana
...............es posible establecer un estado de felicidad absoluta e indestructible, independiente de las circunstancias que nos rodeen, cuando uno enfrenta su realidad cotidiana de frente, basado en las enseñanzas budistas de Nichiren.
Rebosantes de vitalidad y convicción, podemos afrontar y superar todos los desafíos por venir, especialmente los sufrimientos relacionados con LA ENFERMEDAD, VEJEZ Y MUERTE.
PODEMOS DESPERTAR Y TOMAR CONCIENCIA DE NUESTRO POTENCIAL SIN LÍMITES, ENFOCADOS EN HACER REALIDAD NUESTROS SUEÑOS..........
DEVELANDO LOS MISTERIOS DEL NACIMIENTO Y LA MUERTE- PÁG. 232
DAISAKU IKEDA
martes, 21 de octubre de 2008
Pero, más allá del resultado inmediato en el corto plazo el hecho mismo de seguir luchando es una prueba de Victoria Humana.
La victoria consiste en cultivar un poderoso espíritu, una fé fime y una oración arrolladora, en esto consiste la BUDEIDAD."
Daisaku Ikeda
lunes, 20 de octubre de 2008
lunes, 13 de octubre de 2008
ESHO FUNI
Inseparabilidad del individuo y el medio ambiente
El principio budista de la inseparabilidad del individuo y el medio ambiente (esho funi) significa que la vida (sho) y su entorno (e) son inseparables (funi).
"Funi" significa 'dos pero no dos'. Ello a su vez implica que, aunque percibimos las cosas que nos rodean como separadas de nosotros, existe una dimensión de nuestra vida que es una con el universo. En el nivel más esencial, no hay separación alguna entre nosotros mismos y el entorno.
El budismo enseña que la vida se manifiesta tanto en el sujeto como en el ambiente objetivo.
Nichiren afirma: "La vida, a cada instante abarca […] tanto el ser como el ambiente de todos los seres sensibles en toda condición de vida, así como los seres insensibles –desde las plantas, el cielo y la tierra, hasta la más minúscula partícula de polvo–".
"Vida" se refiere al ser subjetivo que experimenta los efectos de acciones pasadas y es capaz de crear nuevas causas para el futuro. El ambiente es el entorno objetivo donde los efectos kármicos se corporifican. Cada ser viviente posee su propio ambiente único. Por ejemplo, una persona cuyo estado de vida es el infierno puede llegar a percibir el ambiente dentro de un tren subterráneo atestado gente como una situación desesperante; a su vez otra, que se encuentra en el estado de bodhisattva, puede llegar a experimentar un sentimiento de empatía y de camaradería con las personas amontonadas en el tren.
De acuerdo con el budismo, la totalidad de lo que existe alrededor de nosotros, incluido el trabajo y las relaciones familiares, es un reflejo de nuestra vida interior. Todo es percibido por el sujeto y se modifica según su estado de vida. De modo que, si cambiamos nosotros, nuestras circunstancias inevitablemente cambiarán también.
Una concepción de esa naturaleza produce un sentimiento de liberación, pues señala claramente que no debemos buscar la iluminación fuera de nosotros mismos. Dondequiera que nos encontremos, en cualquier circunstancia, tenemos la capacidad de hacer surgir nuestra budeidad innata y de transformar nuestro ambiente en "tierra de Buda", un ámbito pleno de dicha, donde podemos crear valor para nosotros y para los demás.
En un escrito de Nichiren, encontramos el siguiente pasaje: "[…] si el corazón de las personas es impuro, la tierra en que viven también es impura, pero […] si el corazón de las personas es puro, su tierra también lo será. No existen dos tierras que sean una pura y otra impura en sí mismas. La única diferencia yace en el bien o el mal de nuestro corazón". (Aquí "el mal" se refiere a acciones egoístas y mezquinas que son producto de la codicia, la arrogancia el miedo y la agresión.)
Se puede comprobar claramente lo expuesto al observar el estado del entorno natural en las diferentes sociedades. En algunas áreas rurales, la gente nativa muestra profundo respeto por su ambiente; no toman de él más que lo que necesitan, con lo cual preservan la naturaleza, que a cambio, brinda sustento y protección. Por el contrario, en áreas más desarrolladas, en las que predomina la avidez por lo material, el ambiente con frecuencia ha sido consumido y destruido, con efectos posteriores catastróficos. La mejor acción que podemos emprender en bien de la sociedad y de la tierra es transformar nuestra propia vida, para sustraerlas del influjo de la ira, la codicia y el temor. Cuando podemos actuar con sabiduría, generosidad e integridad, naturalmente tomamos mejores decisiones y recibimos la protección y el sustento de nuestro entorno natural.
Con frecuencia, no podemos anticipar los resultados a largo plazo de nuestras acciones, y resulta un tanto difícil aceptar que las decisiones de un solo individuo pueden afectar realmente el mundo; sin embargo, el budismo enseña que, a través de la inseparabilidad del individuo y el medio ambiente, todo está interconectado. Cuanto más firme sea nuestra convicción de que nuestras acciones pueden influir profundamente en todo, mayor será la influencia que logremos ejercer en nuestro entorno.
jueves, 9 de octubre de 2008
Revolución Humana
"La gran revolución humana de un solo individuo propiciará un cambio en el destino de una nación, y más aun, permitirá cambiar el destino de toda la humanidad". Asumir la responsabilidad por la transformación de nuestra propia vida es el primer paso hacia la creación de una sociedad humana que tiene como base la misericordia y el respeto por la dignidad de la vida de todas las personas. "
http://www.sgispanish.org/budismo/diaria/rh.html
Diana Malan
martes, 7 de octubre de 2008
El invierno siempre se convierte en primavera
Solo la persona que tuvo que soportar la dureza del invierno puede comprender en el fuero más íntimo de su ser la alegría de la primavera
El presidente Ikeda dice: "El invierno es el tiempo para recargar energías y preparar el terreno para recibir una maravillosa primavera. Es el momento en que acumulamos la energía para la iluminación eterna e indestructible, y en que almacenamos una energía vital capaz de proyectarnos a dimensiones tan vastas como el cosmos. Esta fuerza se incrementa a medida que enfrentamos más y más dificultades. La persona que sigue la Ley correcta sin falta verá llegar su tiempo de primavera".
"El invierno jamás deja de convertirse en primavera" es una frase que transmite perfectamente el "ritmo de esperanza ilimitada" de la Ley Mística que palpita en el universo y en nuestra propia vida.
El objetivo de la fe no es otro más que manifestar en nuestra vida este ritmo de la Ley Mística y lograr la iluminación en esta existencia
Gosho Zenshu, pág. 1252. The Major Writings of Nichiren Daishonin